Como ya informamos en esta página web, la Relatora Especial de Naciones Unidas sobre violencia contra mujeres y niñas, sus causas y sus consecuencias, Reem Alsalem, manifestó su preocupación por los ataques y violencia lanzados contra las feministas “críticas con el género”. Esa defensa de nuestra libertad de expresión, unida a anteriores declaraciones, ha supuesto que ella misma se convierta en el objetivo de una campaña de desprestigio sin precedentes lanzada desde la Association for Women’s Rights in Development (AWID), una plataforma internacional que alega defender los derechos de las mujeres mientras sorprendentemente ataca a la Relatora Especial de la ONU que se dedica a combatir la violencia contra las mujeres y las niñas.
El 6 de septiembre de 2023, la relatora publicó un escrito en el que se defiende de las acusaciones que vierte AWID sobre ella. Por su interés, ofrecemos a continuación la traducción de dicho comunicado.
Comunicado de Reem Alsalem, Relatora Especial sobre violencia contra mujeres y niñas en respuesta a la carta abierta de AWID del 18 de mayo de 2023, titulada “No hay lugar para las Agendas Anti-Trans en la ONU”
El 18 de mayo de 2023, la Asociación por los Derechos de las Mujeres en el Desarrollo (AWID) publicó una declaración en su web titulada “No hay lugar para agendas anti-trans en la ONU” que, hasta hoy, ha sido firmada por 844 organizaciones e individuos. Las dos Directoras ejecutivas de AWID, Inna Michaeli y Faye Macheke, Codirectoras ejecutivas, me informaron una semana más tarde (el 24 de mayo de 2023) de que se había publicado la carta. Un día después, acusé recibo e informé a AWID de que respondería a la carta en el momento y lugar apropiados. Elijo hacerlo hoy.
En la carta, AWID y las personas consignatarias declararon que yo había “convertido en arma” la protección de los derechos de las mujeres” para defender posiciones que tergiversan las normas y estándares internacionales y suponen un retroceso respecto a estos.
No me detendré en estas acusaciones falsas y peligrosas, pues ya lo he hecho con más detalle en otros espacios, incluso en respuesta a una carta similar de la Iniciativa de Derechos Sexuales (SRI), que puede encontrarse aquí. Sin embargo, la carta de AWID contenía una novedad que me pareció muy preocupante, a saber, su acusación de que, según se informa, sigo “perpetuando narrativas que abrazan conocimientos obsoletos y no científicos sobre el binarismo del sexo biológico”. No hay nada obsoleto o poco científico respecto a la naturaleza binaria del sexo, y animaría a las y los firmantes de esta carta que busquen a biólogos/biólogas para conversar sobre este tema.
El contenido y el simbolismo de esta carta provocaron fuertes reacciones entre diferentes organizadoras feministas y mujeres que reconocieron la gravedad de su objetivo, que era castigarme como relatora y presentarme como una persona anti-trans que dañó la integridad de su mandato y que presuntamente actuó violando las protecciones y principios establecidos de los derechos humanos. En consecuencia, la carta también tiene la intención de castigarme y silenciarme, destino compartido por muchas mujeres, niñas y personas aliadas en todo el mundo continúan sufriendo al hablar sobre temas de sexo, género e identidad de género.
Por lo tanto, el 21 de junio de 2023, un día antes de mi intervención online en la Conferencia del Consejo de Derechos Humanos, 781 organizaciones y más de 2.600 personas de más de 60 países firmaron una carta titulada “Dejemos que la Relatora Especial de la ONU sobre VAWG cumpla su mandato”. En ella, declararon que estaban consternadas por los continuos ataques contra mí (de los cuales la carta de AWID era el más reciente) por hacer la labor que el consejo de derechos humanos me ha encomendado.
Desde que se publicaron estas cartas del SRI y AWID, los ataques contra mí se han intensificado. Organizaciones no gubernamentales, centros académicos, organizaciones internacionales y regionales, personas expertas y gobiernos han recibido presiones para no relacionarse conmigo, y para no invitarme a hablar o a reunirnos. En buena parte trabajan en el campo de los derechos humanos y generalmente defienden acérrimamente la libertad de expresión. Quienes me han extendido invitaciones para hablar se han visto sometidos/as a una intensa presión para retirar la invitación. A algunas personas pertenecientes a algunas organizaciones se les ha preguntado por qué me siguen en redes sociales y por qué le han dado “me gusta” a una de mis publicaciones.
Tres firmantes de la carta de AWID han expresado recientemente su interés en tener una conversación conmigo y con otras organizaciones e individuos que se oponen a sus puntos de vista. Acojo este hecho. Sin embargo, es revelador que esas personas sienten que no pueden ser vistas teniendo tal conversación públicamente.
Lo que también me preocupa gravemente es que algunas organizaciones estén intentando socavar mi duradero historial de continuo apoyo al derecho de todas las mujeres y niñas a vivir libres de violencia, como expresé en mi informe y mis declaraciones más recientes sobre el proyecto de ley de identificación propia de Escocia. Al hacerlo, además, han tratado de privar a mujeres y niñas que son víctimas de violencia de la voz y el apoyo de mi mandato, el cual conlleva un trabajo vital en tantas áreas temáticas diferentes que son relevantes para que mi desempeño avance en la agenda de protección y respuesta.
Acciones como estas constituyen un intento consciente de socavar mi trabajo como titular de mandato independiente y de socavar mi credibilidad y reputación. Estas, en mi opinión, constituyen una injerencia indebida en mi trabajo como ponente.
Estaba y sigo estando gravemente preocupada por la forma en que las organizaciones que afirman ser feministas y estar centradas en los derechos humanos, algunas de ellas acreditadas por el consejo de derechos humanos, continúan posicionándose como custodias del movimiento feminista mientras continúan demonizando a quienes no están de acuerdo con sus puntos de vista e intentando prohibir debates sobre cuestiones que claramente les importan a muchas mujeres y niñas, en toda su diversidad, así como a sus sociedades.
Las posiciones que he adoptado reflejan las adoptadas por miles de personas defensoras de los derechos humanos, expertas, académicas, educadoras, políticas así como personas en destransición en muchos países de todo el mundo. Es positivo que muchos de estos puntos de vista estén saliendo a la luz más amplia y públicamente, y que se hayan creado y aprovechado oportunidades para discutir estos temas que son importantes para la sociedad al completo, como también he defendido.
Algunos partidos y figuras políticas han revisado sus anteriores posiciones en términos muy sustanciales. Otros países, incluidas personas de relevancia política, voces expertas y académicas, están avanzando en la revisión de proyectos o legislación o están prestando atención a la evidencia de lo que sus pasadas políticas han producido. Al mismo tiempo, soy consciente de que en otros países algunos gobiernos están dirigiendo enmiendas a sus leyes de libertad de expresión las cuales apagarían debates saludables sobre sexo, género e identidad de género (entre otros), así como están adoptando leyes de autoidentificación sin considerar evidencias recientes, incluidas las emitidas por autoridades en el campo médico. Ataques, represalias y castigos contra mujeres, niñas y sus alianzas continúan en muchos rincones y parecen haberse intensificado. Estos ataques deben tomarse en serio y deben detenerse. Las sociedades deben defender y proteger los cimientos que las hagan plurales, tolerantes y respetuosas con la libertad de creencia y de expresión.
6 de septiembre de 2023
* La Relatoría Especial sobre la violencia contra las mujeres y las niñas, por mandato de Procedimiento Especial del Consejo de Derechos Humanos, actúa a título individual e independientemente de cualquier gobierno u organización
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