El 3 de junio de 2023, varios medios informaron acerca de una violación ocurrida en Valencia. El titular más repetido decía: “A prisión por violar a un hombre trans en Valencia”. El agresor fue, como es habitual dados los patrones de criminalidad masculina, un hombre. La víctima fue, como también es habitual dado la cultura patriarcal en la que vivimos, una mujer. En este caso, dicha mujer se identificaba como “hombre trans”.
Un “hombre trans” solo puede serlo en virtud de su sexo femenino. O sea, para identificarse como un hombre (trans), la víctima es necesariamente una mujer. Decir esto no implica que negamos la realidad emocional, mental, e incluso física de la víctima, ni tampoco su deseo de identificarse como un varón: lo que negamos es que se haya violado a un hombre. El “sexo sentido” -frase que forma parte de la nefasta “Ley Trans” aprobada el 28 de febrero de este año- de la víctima de esta violación no altera el hecho de que un hombre ha violado a una mujer. Pero según la legislación vigente, esa violación no será considerada violencia contra las mujeres, lo cual es problemático porque se convierte en una forma de invisibilizar el verdadero alcance de esta violencia y supone una barrera para que la mujer agredida pueda disfrutar de sus derechos basados en el sexo. Desde Women’s Declaration International España condenamos todo tipo de violencia contra las mujeres y queremos alertar de nuestra preocupación sobre el falseamiento que supone la modificación del sexo registral para las estadísticas.
Esta invisibilización sucede también -y de hecho, más a menudo- en el sentido contrario. En países como Reino Unido, la justicia, los observatorios sociológicos, y la sociedad en general asistían sorprendidos al incremento de violaciones cometidas por “mujeres”. Al investigar, vieron que en realidad eran violaciones cometidas por varones que se habían identificado como mujeres. Esto ha generado una reacción del movimiento de mujeres que ha circulado con el hashtag #notourcrimes (no [son] nuestros crímenes). De hecho, el porcentaje de varones que se identifican como mujeres sentenciados por delitos sexuales en las prisiones del Reino Unido es mayor que el porcentaje de la población masculina general sentenciada por ese tipo de delitos.
Pero no solo se falsea la realidad acerca de la violencia machista al reducir el número de agresiones registradas, porque algunas se contabilizarán como agresiones entre mujeres (o entre varones, como el caso que abre este post), sino que a los agresores se les encarcela con mujeres, poniendo en peligro la seguridad de las mujeres más vulnerables de nuestra sociedad.
La veracidad de las estadísticas, es decir, que estas correspondan a la categoría biológica y jurídica de sexo, es importante porque nos permite evaluar de forma objetiva mediante indicadores cuantitativos si estamos avanzando o no hacia el objetivo de la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres y en la lucha por la erradicación de la violencia contra las mujeres. Con la “Ley Trans” aprobada, esta correspondencia entre la realidad biológica y el sexo registral se ha roto, de manera que a partir del momento de su aprobación todas las estadísticas que se realicen estarán falseadas.
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