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Abandonemos la palabra “género”

Volvamos a los conceptos feministas.

Según el artículo 3 del Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia de género y la violencia doméstica: 

«Por “género” se entenderán los papeles, comportamientos, actividades y atribuciones socialmente construidos que una sociedad concreta considera propios de mujeres o de hombres».

Esta es la definición de «género» de la que las feministas inferimos claramente que el género representa y sostiene la jerarquía sexual, que es la opresión de las mujeres por parte de los hombres. Sin embargo, este término a día de hoy, según el contexto, puede ser usado incluso con consecuencias negativas para las mujeres. ¿Cómo ha podido suceder esto?

La historiadora feminista Sheila Jeffreys en su introducción de El género daña, señala que los primeros en utilizar la palabra «género» en un sentido diferente al gramatical fueron los sexólogos que «participaban en la normalización de los bebés intersexuales» (Jeffreys, 2021:23). Sus propósitos no eran progresistas, sino buscar la correspondencia entre el sexo y los estereotipos y roles sexuales. 

Algunas académicas adoptaron el término para usarlo como herramienta de análisis en la academia. Este uso tuvo éxito y el término fue muy bien acogido, con la ventaja de poder hacer un espacio al feminismo en las ciencias sociales y el precio de empezar ya, en aquel entonces, a difuminar a las mujeres como sujeto político. ¿Por qué? Porque no tardó en empezar a usarse este término como una forma eufemística para sustituir palabras más molestas como «mujeres», «feminismo» o la referencia a la categoría sexo. En consecuencia, no es de extrañar que el término género haya perdido progresivamente el sentido original que las feministas le dieron y que hoy el sujeto político del feminismo, las mujeres, haya pasado de estar difuminado a estar manipulado y, a nivel jurídico, borrado de facto en los países que han aprobado leyes con el concepto de «identidad de género».

«La igualdad de género no es posible
porque el género es una jerarquía
».
Sheila Jeffreys

Lenguaje y términos claros

Ya en 2003, en Unpacking Queer Politics, Sheila Jeffreys se posiciona a favor de abandonar el término «género» para hacer referencia a los estereotipos sexuales, puesto que para las feministas radicales y lesbianas el género representa el sistema jerárquico de dominación masculina sobre la mujer y es necesario abolirlo. Además, consideraba que su uso podía ocultar o disimular dicho sistema jerárquico, como así ha sucedido. 

Hoy son cada vez más las voces feministas que aconsejan abandonar la palabra «género», como Laura Lecuona, filósofa mexicana y, recientemente, Amelia Valcárcel, reconocida filosófa feminista, que también abogó por ello en el Foro Aclaraciones necesarias sobre las categorías sexo y género de la UNAM del año 2022. 

Por todas estas razones en esta guía de comunicación feminista, proponemos abandonar este término, puesto que ha dado un giro hacia un significado contrario a su fundamento feminista y genera una confusión considerable, dejando de ser una herramienta de utilidad para el feminismo, y recuperar el uso de los conceptos feministas que no dan lugar a confusión. 

Bájate el pdf “Abandonemos el término género” a continuación para conocer nuestras propuestas.