Muchas personas creen que las feministas ven amenazas por todas partes. Nos llaman exageradas, pesadas, conspiranoicas… Según esas personas, no es cierto que se estén fortaleciendo los estereotipos de género entre las generaciones más jóvenes. ¡No es cierto que se están normalizando cuestiones queer y trans para consumo de menores de edad! Y mientras se nos desoye y hasta ridiculiza, se siguen expandiendo discursos transgeneristas en todos los medios, espacios y productos de socialización de niñas y niños.
Hace varias semanas salió al mercado una muñeca de la línea de productos Monster High, de la conocida marca Mattel. La nueva muñeca es la representación de RuPaul, el travesti más exitoso de Estados Unidos y presentador del programa RuPaul´s Drag Race, conocido en España con el nombre “RuPaul: reinas del drag”.
La marca Monster High, cuyos personajes son los hijos e hijas de los monstruos o personajes mitológicos más famosos de la literatura, fue desarrollada para cautivar a niñas de entre 8 y 12 años cuyos gustos fuesen menos ‘normativos’ que los de las fans de Barbie. Frankie Stein, la hija de Frankenstein, fue su primera muñeca y salió a principios de julio de 2010. Sin embargo, en Monster High: La película, que salió en 2022, Frankie Stein es un personaje “no binario” a quien hay que referirse usando el pronombre “elle”.
Mattel se presenta ante el mundo como una empresa que enseña igualdad y mensajes de empoderamiento a las niñas. La película Barbie (2023) fue un gran éxito mundial que incorporaba mensajes contra el sexismo y la misoginia. Pero el sexismo existente y contra el que Mattel dice estar luchando con sus campañas de Barbie queda neutralizado con la celebración del drag como algo inocuo y de consumo infantil que representa la muñeca de RuPaul, “Dragon Queen”, y con la “transición social” que la compañía le hizo a Frankie Stein de chica a “nobinarie”. Esto no debería sorprendernos: ya en 2021 Mattel había lanzado al mercado una Barbie basada en Laverne Cox, actor transidentificado y multimillonario que se hizo famoso por su rol en la serie Orange is the New Black. Y para que se vea que las feministas no vemos conspiraciones de parte del transgenerismo por invadir los espacios de la infancia, sino que, de hecho, esa invasión es una realidad: ¡Fisher Price, subsidiaria de Mattel de juguetes infantiles (1 a 5 años), vende también a RuPaul como un set de Little People! ¡Little People, una línea icónica para los más pequeñines de la casa!
El “feminismo brillibrilli” no es capaz de identificar el peligro que supone la ideología de identidad de género para las mujeres en particular, y para niñas y niños en general. Esa ideología fomenta el rechazo al propio cuerpo y a los procesos naturales de la pubertad y la sexualidad,defiendiendo la falacia de que el sexo se puede elegir. Además, subvierte las políticas de protección de los derechos de las mujeres en sociedades en las que aún no se ha alcanzado la igualdad real y efectiva en términos sociales y económicos, que lamentablemente, son todas. Si el sexo, llamado género o sexo sentido por los creyentes de la teoría, es una identidad que se elige, se habrá alcanzado la igualdad cuando no seamos capaces de diferenciar entre mujeres y hombres, pues toda persona podrá ser hombre o mujer, o ambas cosas, o ninguna, o fluir unos días siendo una o la otra. Además, los espacios segregados por sexo (baños, vestuarios, refugios para víctimas de violencia machista, categorías deportivas, prisiones, habitaciones de hospital, etc.) no tienen sentido si una persona de un sexo se identifica como miembro del sexo opuesto.
Asimismo, esta ideología es perniciosa en lo que respecta a la salud e integridad física y psicológica de niñas, niños y adolescentes, porque problemas asociados a la adolescencia como la incomodidad con la apariencia propia; la confusión ante la atracción y el deseo sexual; la sensación de no encajar; los deseos de rebelarse contra algo o contra todo, incluido el propio cuerpo, se pueden ver a través del prisma de la identidad de género. Con la normalización de lo trans que suponen personajes como Laverne Cox, RuPaul y una Frankie Stein que no es ni chico ni chica, se facilita el paso de un pensamiento adolescente tan común como es “no encajo en la sociedad, hay algo mal en mí”, a contemplar la posibilidad de que “quizás soy trans, o no-binarie, por eso no encajo”, culminando en “necesito hormonas y cirugías de reasignación de género para ser mi verdadero yo”.
Por otro lado, las muñecas de RuPaul y Laverne Cox le sugieren a las niñas que jueguen con ellas que un hombre que se disfraza de mujer de manera hiperfemenina e hipersexual es tan mujer como lo son ellas. ¡O más: son mujeres espectaculares! Al crear esta confusión, las niñas pueden tener una falsa sensación de seguridad ante la presencia de hombres en espacios que no les corresponden. Los casos de hombres que se identifican como mujeres para acceder a los espacios femeninos con intención de voyeurismo, por fetiches sexuales o para abusar sexualmente de mujeres o niñas son cada vez más frecuentes.
El transgenerismo llevado a sus últimas consecuencias aboca a las niñas y a los niños a un camino tortuoso de medicación, cirugías y sufrimiento psicológico. Desde Women’s Declaration International (WDI), rechazamos y denunciamos la normalización de estas ideas y su difusión en la niñez a través de juguetes, dibujos animados y películas infantiles. El artículo 9 de nuestra Declaración sobre los derechos de las mujeres basados en el sexo demanda la Protección de los derechos del menor, recordando que “niños y niñas deben recibir información veraz sobre la biología y la reproducción humanas, y no basar su educación en estereotipos de género.” Los Estados que han ratificado la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN)–incluido España–“convienen en que la educación del niño deberá estar encaminada a (…) preparar al niño para asumir una vida responsable en una sociedad libre, con espíritu de comprensión, paz, tolerancia, e igualdad de los sexos” (CDN, artículo 29). ¡Basta ya de violar los derechos de las niñas y los niños a tener una vida plena, libre de estereotipos sexistas y medicación experimental!
¡Ayúdanos a defender los derechos de las mujeres basados en el sexo!
Firma la Declaración