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#EstoNoIbaAPasar: Sin protección ante una agresión machista ejercida por un varón autoidentificado mujer

Lo que de ninguna manera iba a pasar ya ha pasado: un hombre maltratador elude las restricciones y limitaciones que la Ley de Violencia de Género impondría sobre él para proteger a su víctima cambiando su sexo registral. Este hombre, que amenazó, humilló, empujó y golpeó a su ex-pareja, no puede ser acusado de violencia machista, porque para todos los efectos, es tan mujer como la víctima (si no más, según quienes creen que tiene más mérito sentirse mujer teniendo la mala fortuna de nacer varón, que las mujeres que simplemente nacen sin más…). Así se lo hicieron saber los Mossos el 15 de agosto, cuando la mujer (la de verdad) se presentó a poner una denuncia contra su agresor.

No es un invento conspiranoico de las feministas radicales–la llamada autodeterminación del sexo es lo que tiene: desprotege a las mujeres, puesto que estamos en una sociedad que sigue siendo machista. Y es que, para más inri, la mujer que fue agredida había seguido conviviendo con su ex-pareja como “amigos”, seguramente como gesto de apoyo a un hombre que, tras una relación de 9 años, le comunicó que quería ser mujer. Como vemos, antes de ser víctima de la violencia infligida por su ex-pareja, la mujer agredida ha sido víctima de la cultura contemporánea patriarcal y queer, que exige que las mujeres apoyemos, cuidemos y ayudemos a las “personas transgénero”, quienes “sufren la mayor opresión posible”, y nos quiere convencer de que romper o rechazar a alguien que niega su sexo es transfobia o fetichismo genital (esto lo exhiben las personas heterosexuales o homosexuales que no se sienten atraídas por quienes no se sienten atraídas). Y también es víctima de un gobierno que, irresponsable y temerariamente, desarticula la vigencia y aplicabilidad de la Ley de Violencia de Género al borrar la realidad física y biológica del sexo, cargándose, de paso, el deporte femenino, la segregación por sexo de las cárceles, la coeducación, y la paz mental de niñas, mujeres y adolescentes (y también chicos y hombres) que deberán usar baños y vestuarios mixtos

Amparado por la legislación vigente (¿por qué entonces la vía de urgencia para tramitar la Ley Trans?), tanto la estatal como la autonómica, el agresor, quien comenzó a usar “ropa interior femenina en momentos íntimos” en el 2020, cambió su sexo registral en marzo de este año, sin decírselo a su ex-pareja y “amiga”, presentando documentos que certificaban que llevaba “dos años con la intención de modificar su género y con los informes que demostraban que estaba hormonándose”. La víctima no puede poner una orden de protección, así que tiene que continuar conviviendo con el agresor. 

¡Cosas veredes, amigo Sancho! ¡Y si aprueban la Ley Trans, muchas más cosas! Como hombres que dicen, ¿hormonarme o alterar mi apariencia o mi cuerpo? ¡No, yo soy mujer porque lo digo yo! No olvidemos a Lorena, el hombre que asesinó a Vanessa Santana y que, con la legislación vigente, podría cumplir su condena en una cárcel de mujeres. ¡La Ley Trans desprotege a las mujeres al permitir que cualquier varón, por los motivos que sean, cambie su sexo en el registro civil! ¡La “autoidentificación” no es un derecho humano! Nadie puede cambiar de sexo, solo alterar la apariencia! ¡Y el género tampoco se elige, porque es la aplicación y el resultado de una educación sexista que subordina a la mujer! ¡No a la Ley Trans! 

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